El azúcar es delicioso, en especial en dulces. El problema es que tiene el potencial de ser muy adictivo. Es por ello que a veces nos resulta muy difícil resistirnos a probar una rebanada de pastel, una cucharada de helado, tomar unas galletas, o un pedazo de chocolate.
En realidad, el azúcar es un término genérico que se utiliza para llamar a la glucosa, fructosa, sacarosa, maltosa, y lactosa. Este se puede encontrar como ingrediente en algunos de los productos que consumes diariamente.
Hay que considerar que las dietas modernas (por ejemplo) están cargadas de endulcorantes añadidos que son perjudiciales para la salud.
El mayor problema con esto del azúcar es que está presente tanto en comidas, como bebidas, y a veces en cantidades desproporcionadas. Refrescos, galletas, pan de caja, aguas de sabor, barras de granola, catsup, y jugos, son tan solo algunos de estos alimentos que contienen azúcar, y que son dañinos para la salud.
Estos alimentos no solo son perjudiciales para la salud pues están procesados, también, impedirán que bajes de peso, y lleves una alimentación balanceada.
La investigación publicada en el "American Journal of Clinical Nutrition" en 2011 confirmó una "relación directa" entre el consumo regular de refrescos y la creciente epidemia de obesidad.
"Las bebidas endulzadas con azúcar, en especial los refrescos, apenas aportan beneficios nutricionales e incrementan el aumento de peso y probablemente el riesgo de diabetes, fracturas y caries dental", según concluyeron los investigadores.
¿Cuáles son los efectos del azúcar en nuestro cuerpo?
Cuando consumes más azúcar de la que el cuerpo puede procesar, este la convierte en ácido graso y la almacena para usarla en el futuro en las células grasas adiposas, como las caderas, los muslos, los brazos y el estómago.
Además de que consumir azúcar en exceso puede empezar a sumarte unos cuantos centímetros a tu cintura, todo empieza por la lengua. Y es que esta es la activa los receptores de los sabores dulces, que envían una señal a la corteza cerebral que es dónde se procesan distintos sabores en distintas áreas, lo amargo, lo dulce, y lo salado.
Al llegar a la corteza cerebral, los sabores dulces solo terminan por estimular al cerebro, dándole una sensación de felicidad y de placer. Es por ello que cuando consumes azúcar, es muy probable que sientas que quieres más y más.
Este tipo de reacciones (al consumir azúcar) ya sea tanto en refrescos, como en alimentos, es un estimulo que activa el sistema de recompensas del cerebro, y de la misma forma, termina por liberar endorfinas y oxitocina.
Por lo tanto, el azúcar es tan adictivo y estimulante para el cerebro, que cada vez empezará a pedirte más y pedirte, al grado de que en solo unos minutos quizá hayas tomado refresco de más, o ingerido más porciones de galletas, pasteles, o dulces.
Un estudio del 2008 publicado dentro de la revista Neuroscience & Biobehavioral Reviews detalló que cuando se les daba acceso ilimitado al azúcar, las ratas exhibían cuatro de los signos de adicción: atracones, abstinencia, ansiedad y una "puerta de entrada" para la demanda de sustancias duras como el alcohol.
Por lo tanto, el azúcar es tan adictivo y estimulante para el cerebro, que cada vez empezará a pedirte más y pedirte, al grado de que en solo unos minutos quizá hayas tomado refresco de más, o ingerido más porciones de galletas, pasteles, o dulces.
Medir el consumo de azúcar para cuidar tu salud
Ahora que ya lo sabes, deberías de empezar a medir el consumo de azúcar en tu día. No te pedimos que dejes de consumirlo, pero si que revises las cantidades que ingieres, así como las porciones. Lo mejor es llevar una vida libre de excesos, y de cantidades exageradas de azúcar en ciertos alimentos.
Recuerda que no se trata de omitir, sino de buscar el balance, y aprender a hacer mejor elecciones alimenticias.
