Otoño, invierno, y en ocasiones la primavera, son las estaciones que suelen comprometer nuestro sistema inmunológico, exponiéndolo a contraer virus como gripe o resfriados. Es importante hablar de esto porque seguimos enfrentando los estragos que provoca el COVID-19.
Aprender a identificar las claves para proteger nuestras defensas en estos tiempos y durante cada estación es fundamental para evitar que infecciones pueda atacarnos, pues estar enfermos limita nuestra capacidad, concentración, provoca que nos ausentemos de ciertas responsabilidades, y también, nos orilla a recurrir a la automedicación, que no es lo más óptimo.
Como ya se mencionó, es importante que nuestras defensas estén fuertes, y también hay que prestar atención sobre si hay cansancio de más, o pequeñas infecciones continuas. Estas podrían ser señales de alerta de que nuestras defensas están débiles.
Muchas veces estos síntomas son señales de que tu cuerpo está sufriendo una intoxicación, de que tienes malos hábitos alimenticios, y también de que estás muy agotado (a).
Normalmente, una reacción a un frente frío o cambio de clima de forma continua es señal de que nuestro sistema inmunológico no está bien.
Por otro lado, un análisis médico no nos puede decir si las defensas están bajas o no, y también, no hay nada que baje las defensas de tu organismo. Un ejemplo de esto, es que una gripe no se detecta con un análisis.
También, si la mayoría de las personas enfermas, se hicieran un análisis de sangre, no presentarían ninguna alteración significativa.
Si estás buscando un medicamento o remedios caseros que aumenten las defensas, debes saber que esto no existe, pero con lo que contamos es con alimentos y buenos hábitos que ayuden a equilibrar la inmunidad que ya tiene el cuerpo. Todo consiste en saber potenciarla y protegerla.
Pero hoy, más que de contar con defensas fuertes, se trata de saber adaptarse y de mantenerse sano al enfrentarse a distintos tipos de infecciones/enfermedades.
Y, de acuerdo con los resultados de un estudio del Instituto Whitehead para la Investigación Biomédica de Cambridge en Estados Unidos, las buenas defensas dependen del 75% de los hábitos de vida.
Además de mantener una alimentación balanceada y practicar deporte, hay algunas otras recomendaciones para subir tus defensas cuando están bajas.
Descansar y reír
Al igual que con el estrés, el sistema inmune se debilita cuando no hay descanso. Privar a tu cuerpo del sueño, además de no dormir de 6 a 8 horas (como se recomienda), podría bajar tus defensas.
Además, disfrutar de las emociones positivas es parte esencial de nuestro sistema inmunológico, pues la salud mental se relaciona directamente con la física.
Al hablar de reír, esta mejora notoriamente la inmunidad y ayuda a reducir las opciones de contraer ciertas enfermedades, como resfriados y gripes, además de dejar ayudar a evitar el estrés.
Reír aumenta el ritmo cardiaco, la presión sanguínea, y provoca que los músculos de todo el cuerpo se relajen. Después, la presión sanguínea desciende por debajo de los niveles iniciales y el cerebro libera endorfinas, los mismos reductores del estrés desencadenados por el ejercicio son los que proporcionarán una sensación de bienestar y euforia.
Deja atrás el estrés
Debes saber que la sensación de ansiedad, la angustia, y la depresión también disminuyen las defensas, y hay muchas investigaciones que han comprobado que esto provoca efectos negativos el sistema inmune.
Y aunque todo esto no cura, llevar una vida sana, dormir, comer bien, y estar libre de preocupaciones, colabora para mantener la buena salud de nuestras defensas.
Si al leer esto identificaste que quizá padeces de agotamiento, algún malestar, o intoxicación constante, es probable que necesites subir tus defensas.
Ante cualquier síntoma extraño o dudas de salud, recuerda que automedicarte es nocivo para tu salud, por ello, es mejor buscar atención médica en línea a través de Medicato. Conéctate en instantes con doctores en línea 24/7 a través de videollamada/chat y resuelve todas tus dudas de salud.
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